» Siguen mis viajes «
Esta vez y siguiendo indicaciones de mi Jefe, Sr. Cignetti, en una semana visité las dos concesiones que aún no conocía: Soria y Huesca.
La empresa que representaba a Olivetti en Soria, era Casa Zapata. Su titular, una persona muy poco dada a la amabilidad. La Concesión, por llamarla de algún modo, estaba ubicada en una pequeña tienda en la cual, la esposa del concesionario, atendía a posibles clientes, El Sr. Zapata me recibió de forma muy adusta, pues no creía que la colaboración de un promotor de ventas pudiese ayudarle y mejorar su gestión, gestión comercial que desarrollaba en solitario el mismo. De todo esto ya había sido advertido por mi Jefe, el cual me recomendó que me presentase, pasase allí solamente el lunes y que el martes a media mañana me fuese hacia Huesca. Así lo hice, después de comprobar que la información sobre la Concesión de Soria, coincidía con la realidad. Durante mi período de promotor solamente visité Soria en otras dos ocasiones. No fue hasta más adelante, siendo concesionario la firma Almacenes Pablo del Barrio, cuando pude conocer un poco la ciudad y su provincia.
Mi presentación en Huesca, fue totalmente distinta. Casa Iglesias era el Concesionario de Olivetti, y al mismo tiempo compartía esta actividad con la venta de material de papelería y mobiliario de oficina.
Junto al Concesionario, y como principal colaborador, estaba su sobrino Ricardo Iglesias, el cual se dedicaba exclusivamente a la gestión comercial de Olivetti y mobiliario de oficina.
Ricardo Iglesias era una persona muy correcta y predispuesta a recibir colaboración y al mismo tiempo colaborar. Con él tuve ocasión, durante mis diversas visitas a recorrer la provincia realizando gestiones comerciales, y pude comprobar el grado de aceptación de los clientes a la marca Olivetti.
Siempre que iba a Huesca me hospedaba en el hotel » El pequeñín «; hotel en el que su recepcionista, por otro lado muy servicial, era la antítesis del nombre del hotel, parecía un cíclope pues tenía unos brazos y unas manos que perfectamente podían haber sido las de un leñador.
Durante los nueve meses en los que estuve como promotor de Concesionarios , y a excepción de mis dos visitas a Soria, el resto de las semanas lo distribuí equitativamente en visitar y gestionar las otras tres Concesiones que tenía asignadas.
Al final de esta etapa, había mejorado sensiblemente mi calidad como conductor, mis conocimientos geográficos y gastronómicos de cuatro provincias españolas, y también la colección de cochecitos de juguete de mi hijo.
Muy pronto, durante el S.I.M.O del año 1969, nuevos cambios auspiciados por el, para mi inolvidable Sr. Ceballos, influirían decisivamente en mi vida profesional, y nos trasladarían a mi y a mi familia a una ciudad llena de encanto.
Cádiz , » La tacita de plata «. Pero esto forma parte de otro escrito.
Barcelona, 5 Octubre de 2008